D&D 4a edición: Razas

La 4a edición nos trae razas de personajes jugadores muy diversas y -en mi opinión- también bastante extrañas. Llevando la fantasía a nuevos niveles, ahora además de elfos, enanos y semiorcos también tenemos devas (espíritus inmortales que reencarnan constantemente), tieflings (humanoides con características demoniacas, cola y cuernos incluidos), changelings (sí, metamorfos!) y warforged (constructos mágicos liberados, inteligentes y con voluntad propia), entre otras.

Si bien me agrada la variedad de opciones, me cuesta imaginar cómo se cruzan los destinos de, no sé, un sangredragón, un ghitzerai y un halfling por ejemplo. Claro, las distintas razas han sido presentadas en diversas fuentes, algunas con contextos espaciales específicos, pero uno puede hacer uso del material de todas las fuentes oficiales a la vez sin reparos, para eso es el material.

Considerando todo el material disponible hasta ahora, tendríamos: humanos, enanos, elfos, eladrin, semielfos, halflings, sangredragón, tieflings, shifters, devas, goliaths, semiorcos, gnomos, drows, genasis, warforged, changelings y kalashtars.
18 razas distintas de dónde escoger. Ser humano es cada vez menos común al parecer, con tanto ser extraño dando vueltas por ahí.

Esta vez todas las razas dan sólo beneficios a las características. Y todas tienen poderes raciales interesantes. Ser un gnomo nunca fue tan entretenido creo yo. Aunque claro, como todo el mundo va a querer escupir ácido (sangredragón) o tener poderes elementales (genasi), ser un sencillo gnomo con interés por la ingeniería no pinta para muchas páginas en la historia.