Nieve

Me habría gustado asomarme a la ventana del departamento con una taza de café recién servido. Me habría gustado mirar la nieve que caía y decir: "Mira amor, ¡está nevando!".
Tú, incrédulo, te habrías asomado y, abrazándome, me habrías comentado la belleza del momento. Me habría encantado ver en tus ojos esa mirada cómplice. Me habría encantado salir a la calle y olvidarnos por un rato de los problemas del mundo mientras nos uníamos a la batalla. Me habría encantado que cayéramos al suelo exhaustos, húmedos y helados y sin embargo felices como los niños que seguían combatiendo. Me habría encantado ver tu sonrisa ante mi propia mirada cómplice y ese asomo de rubor en tus mejillas. Me habría encantado subir las escaleras riendo y dejar nuestras ropas húmedas tiradas en el camino hacia la habitación. Me habría encantado sentir tu calor y el poderoso contraste con el frío externo... Me habría encantado que, al final, nuestros ojos se encontraran y que en tu mirada se reflejara la misma intensa emoción que sin duda habría en la mía. Me habría encantado abrazarte entonces y caer en el más dulce de los sueños.

Me habría encantado estar contigo esa noche.