abril 26, 2010

La verdad

La verdad, no me gusta mucho la verdad. Prefiero las mentiras, o como a veces le llamo, la "versión entetenida". Porque claro, decir lo que de verdad pienso, lo que de verdad siento, las verdaderas razones por las que hago las cosas (y también aquellas por las que dejo de hacer algunas cosas), sería muy aburrido. Me quitaría esta aura de sensatez que parezco irradiar.

Nunca he entendido eso. Ni yo me entiendo, nunca me he encontrado alguien sensato. Claro, eso lo sé porque yo sí conozco la verdad. Yo sí sé que fue porque en realidad no me sentía capaz; a los demás les dije que para mi no significaba nada y que no me importaba.

Sí. La no-verdad es más entretenida. Y me hace parecer más maduro, más sensato, más consecuente, más responsable en un sentido amplio.

La verdad, preferiría que la gente pensara mal de mi. O mejor aún, que no pensara nada, que no esperara nada de mi, que no se hiciera expectativas conmigo.

Pero no puedo, cuesta sacarse las malas costumbres.

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